El día 2 de abril de 1998 tuvo lugar el mayor atentado sufrido en nuestro país por la libertad de expresión en Internet. La Guardia Civil procedió a la detención de varios miembros de !Hispahack, al tiempo que intentaba incriminar a los responsables de Mentes Inquietas, por los artículos publicados en este medio. Después de un año de proceso, tenemos el inmenso placer de informar a nuestros lectores de la sentencia absolutoria que ha dictado un juez inteligente. Internet es hoy un poco más libre, y también lo es la persona que ha tenido que soportar durante todo este tiempo la presión de verse sometido a un proceso penal. 

Los atestados elaborados por la Guardia Civil no tienen desperdicio, y deberían constituir un ejemplo de cómo no se debe realizar una investigación sobre ciberdelitos. Si como se afirma en los mismos, el FBI colaboró en el esclarecimiento de los hechos, entendemos perfectamente que la página de la agencia de investigación americana esté clausurada en estos días, ante el acoso de la "hacker revolution". 

Todo se remonta al 11 de septiembre de 1997, día en que según la sentencia, se introdujo un hacker en el sistema informático de la UPC. Curiosamente la denuncia no se presentó hasta finales de marzo de 1998, cuando la Guardia Civil ya había practicado toda la investigación. Asimismo se imputó a !Hispahack un divertido graffiti aparecido en la página principal del Congreso de los Diputados, y el acceso ilegal a diversas Universidades y proveedores de Internet, así como a la NASA. No debían ser muy consistentes las pruebas obtenidas, cuando el Fiscal únicamente mantuvo la acusación contra JFS por la entrada en la UPC. 

Desde Mentes Inquietas queremos denunciar que la razón última del caso !Hispahack no fueron los actos ilegales atribuidos a sus componentes. Todo el mundo underground tiene constancia de que los ordenadores de la UPC, custodiados por el esCERT, no eran precisamente un modelo de seguridad, lo que ha favorecido su utilización por innumerables hackers a lo largo de lustros. La Guardia Civil actuó contra Mentes Inquietas porque en nuestro Web se publicó un artículo en el que se informaba de las extrañas amistades de fuerzas de seguridad con las multinacionales del software y las telecomunicaciones, y un artículo en el que se reproducían los derechos que asisten a todo detenido, recogidos en las leyes españolas. En los últimos años del franquismo se publicó no ya un artículo, sino un libro que explicaba a los militantes de la clandestinidad cómo actuar frente al acoso policial. Quisiéramos creer que estamos en una sociedad más libre que aquélla, pero los hechos a veces nos hacen pensar lo contrario. Lo cierto es que los problemas de Mentes Inquietas comenzaron a partir de la publicación de los derechos del detenido. 

Durante las pesquisas policiales, la Guardia Civil obtuvo información de diversos usuarios de Internet a través de las empresas proveedoras, en concreto Intercom, MrBit, Servicom y RedesTB. El caso extremo fue el de éste último proveedor, que llegó a facilitar a la Guardia Civil, sin autorización judicial, el login y password de una persona cuyo único delito había sido firmar un artículo denunciando los abusos de Telefónica. 

Pese a todas estas irregularidades, no queremos que se considere a Mentes Inquietas como al enemigo número uno de las fuerzas de seguridad. Anselmo del Moral y los hombres a su servicio hicieron su trabajo de la mejor forma que sabían. Creemos que no son ellos los malos de la película. Tal papel le ha de corresponder a otros personajes que hasta ahora han permanecido en la sombra, y que ya es hora que sean desenmascarados. 

La fusión en un solo caso del presunto hack a GRN y a la UPC no fue obra de la Guardia Civil, sino de un individuo que hasta hace poco trabajaba en el esCERT, y que ha decidido abandonar la enseñanza por actividades mucho más rentables en el campo de la seguridad informática. Estamos hablando de un ingeniero en telecomunicaciones y MBA, cuyo hermano es administrador de GRN. La persona que a través de una cooperativa había desarrollado el diseño de GRN, y que compartía dirección de correo electrónico con el técnico de esta última empresa, responsable de la denuncia contra !Hispahack. Que esa persona se atreviese a firmar el informe inculpatorio contra JFS, y compareciese al juicio como testigo de cargo, cuando estaba en juego su prestigio como administrador de sistemas, deja muy claro cuál es su nivel. 

Tampoco se ha de responsabilizar a los proveedores de Internet de la persecución de que hemos sido objeto, sino a aquellas personas cuya amistad con las fuerzas de seguridad es más que sospechosa, y que autorizaron expresamente la entrega de datos de usuarios, en contra de lo que hasta ese momento habían estado sosteniendo en innumerables textos presentes en Internet. 

Este momento es muy importante para Mentes Inquietas, y por ello no queremos acabar este editorial con reproches. La justicia, que no venganza, es también un plato que se ha de comer frío, y hemos tenido que esperar un largo año para saciarnos. Pero hemos de mirar hacia el futuro, y por ello agradecer desde aquí los apoyos que hemos recibido durante este tiempo, destacando por encima de todos a Carlos Sanchez Almeida, de Bufet Almeida - Advocats Associats, cuyo buen quehacer como profesional e implicación en la defensa de las libertades en la red han sido fundamentales para llegar con éxito al punto en que nos encontramos ahora. También agradecer el apoyo de Fronteras Electronicas de España, y de todos aquellos grupos o personas que han estado con nosotros en los peores momentos. 

No sólo Mentes Inquietas, hoy todos somos un poco más libres. Pero hemos de mantener la guardia, nos esperan tiempos aún más difíciles.